"No se por qué se me ocurre que esa Colonia Suiza es como el esquema de lo que será el Uruguay del futuro: Tierras fecundas, jardines rientes, huertas repletas, trabajo, bienestar, prosperidad y paz"
Dr. Alfredo García Morales
Dr. Alfredo García Morales
A partir del 21 de abril se estarán llevando cabo oficialmente en Nueva Helvecia, los festejos del sesquicentenario.
La Colonia Suiza, Nueva Helvecia, invita a todos a participar de
estos festejos para que con alegría y júbilo recordemos a los fundadores que
hicieron historia y nos dejaron un legado más que significativo; el trabajo, la
familia, la perseverancia y por sobre todas las cosas la mantención de una
cadena de valores fundamentales para el desarrollo y progreso de la comunidad.
Un 25 de abril de 1862,
llegó a estas tierras, un centenar de inmigrantes que dejaron influencia
notoria no solo en Colonia Suiza sino también en la evolución económica y política
de la República
Oriental del Uruguay. Incuestionablemente y con la mayor
convicción puede afirmarse hoy en día, que, ningún núcleo humano ha tenido
sobre el medio uruguayo, la influencia de esta pequeña Colonia Suiza y
sorprenderá a muchos cuánto representaron para su patria de adopción, unos
pocos cientos de emigrantes suizos y sus descendientes.
Nueva Helvecia fue el primer emporio agrícola del interior uruguayo. Cuando apenas en los alrededores de Montevideo hasta Santa Lucía, un poco en Canelones, se sembraba cereal, ya los suizos abastecían los molinos de la capital. En algo más de medio siglo, ante el ejemplo de Nueva Helvecia, el Sud-Oeste oriental se transformó en un inmenso campo de labrío.En 1960 Nueva Helvecia y su zona de influencia vendió unas cinco mil toneladas de queso, siendo este renglón de producción el pilar básico de la prosperidad económica de la colonia, la que desde 1864/65 jamás volvió a ser sacudida ni menos afectada por una crisis. El queso de la zona, denominado “Tipo Colonia” que se elabora no solo en la zona sino que también en todo el departamento, llegó a ser reconocido como el mejor en América.Los Montes de Eucaliptus que engalanan la campaña dan un toque especial a la ciudad, perfumándola y aromatizándola.Por otra parte, debe contarse la fruticultura, en particular la vitivinicultura. Alrededor de tres millones de litros de buen vino se producen en la zona.
Sin dudas, toda Nueva Helvecia es un hermoso jardín y un sitio para disfrutar. Una mezcla de “lo nuevo” y “lo tradicional”. Una tierra de promisión, una tierra de inmigrantes. Un lugar en donde es posible encontrarse frente a un monumento y sentir la magia que trajeron los fundadores en aquél entonces. Una ciudad en donde el trabajo y el sacrificio viven entre sus habitantes y en donde el significado de familia está fuertemente arraigado gracias al carácter y la sobriedad con la que vinieron los colonos.El respeto, el honor, el esfuerzo y la obediencia ante la ley fueron otros de los valores que trajeron consigo los fundadores. Tratemos de no perderlos porque así, cada uno, con su pequeño grano de arena, contribuye a la formación de una sociedad más justa, más noble, más educada y más correcta, en donde la tolerancia prevalece y lo incorrecto desaparece.
¡¡¡LOS ESPERAMOS!!!
Helen Bernatzky