¡Contigo es posible!
Actualmente y, con un ojo
un tanto crítico, podemos decir que vivimos en una sociedad en donde lo
impactante supera a lo relevante. En la cual cada persona posee la libre y
espontánea libertad de dar testimonio así como de actuar sobre cualesquiera que
los tópicos o las circunstancias sean. Muchos de estos testimonios y acciones
sobresalen y se subrayan pero muchas otras son olvidadas al ser consideradas
fútiles o sin importancia. Sin querer, considerar o esperar que la última sea
la que encuadre el siguiente escrito, he aquí la historia de tres personas que
dan prueba del trabajo digno, constante y desinteresado. Tres personas que
apuestan a la caridad, tres personas que hacen de Nueva Helvecia, una ciudad
solidaria y obtienen de la recolección de tapitas; fondos para donar al Centro
Teletón de Montevideo y Fray Bentos.
Cada vez son más las
personas, familias, empresas, instituciones y escuelas de diferentes
localidades del país que se adhieren voluntariamente a esta causa. Un granito de
arena nunca está de más. Por eso, valoremos las pequeñas acciones que entre
todos se transforman en grandes obras. Una tapita, es una esperanza.
ULMA RODRIGUEZ. Oriunda de Nueva Helvecia, actual trabajadora en
locales comerciales y con 78 años de edad, es la cabeza de la campaña “una
tapita, una esperanza” de la teletón. Es la creadora y cara visible de una idea
que comenzó con 13 tapitas y por motivos para nada esperados. “Yo comencé con
esto hace 8 años a través de un accidente que sufrió mi nieta con mi hijo. Mi
nieta, Milagros, estuvo en terapia intensiva mucho tiempo, con el 95 por ciento
de su cuerpo quemado. Tras 6 meses en el Hospital de Padiatría Garrahan en
Argentina pude informarme de que allí se juntaban tapitas para arreglar la sala
de terapias que precisaba varias refacciones. Al sumarme a la causa, no podía
creer que en ese año se juntaran en Argentina 40 millones de tapitas; me
parecía un disparate” señala Ulma. Luego de cuatro años viviendo con su familia
en Argentina para cooperar con la rehabilitación de su nieta Milagros, Ulma
vuelve a Uruguay (Nueva Helvecia) para continuar sus actividades. Tiempo
después, se entera de la existencia de teletón. “No sabía que existía la
teletón y cuando vi la historia de tantos niños y familias, se me representó la
historia de Milagros muy de cerca. Fue ahí que comencé a juntar tapitas y en el
día junté 13. Más tarde los vecinos me preguntaban qué hacía y por qué y al
explicarles se empezaron a sumar. Yo vivo en un barrio de 40 familias y no fue
fácil. Para poder difundir y hacer conocer lo que estaba iniciando, recurrí a
una radio comunitaria. Si bien hoy por hoy está cerrada, soy consciente de que
el gran éxito de la campaña fue por el apoyo de ella. En el año 2009 y gracias
a la ayuda de Aníbal Cuello, realizamos un pequeño festival como cierre de
campaña. Tuvimos el apoyo de muchas personas; no solo de Nueva Helvecia sino
que de otras ciudades y lugares del país. Ese primer año juntamos 1.200.000
tapitas”. Un año más tarde, en el 2010, Ulma decidió realizar un segundo
festival en la Plaza
de los Fundadores para dar clausura al trabajo que se realizaba durante todo el
año. Se juntó un total de 12 millones de tapitas. “Date cuenta que, nunca
fuimos para atrás sino que para adelante” destaca la muy llamada por todos
“abuela Ulma”. “Luego de pasado el 2010, vi la necesidad de crear un grupo de
trabajo. Ahí se sumaron oficialmente Aníbal Cuello y Célica Pujadas y muchos
más para formar una comisión. Al año siguiente, 2011, el total de tapitas fue
de 50 millones”. Con una personalidad altamente creativa y las ganas de
continuar lo que empezó con elementos descartables de uso diario, el grupo de
trabajo con la colaboración de todo el país, logró recaudar fondos a través de
200 millones de tapitas en el año 2012. “Todo esto se pudo realizar gracias
también al respeto que nos tenemos Aníbal, Célica y yo mutuamente. Cada uno
desempeña su tarea y aporta lo necesario”.
Parte de esta campaña que
comenzó hace unos años, incluye un contrato firmado con teletón de Montevideo.
“Así como ellos nos apoyan desde la capital, nosotros tenemos obligaciones,
pautas y responsabilidades que asumir”.
ANÍBAL CUELLO. Tal como lo expresó en la entrevista, la función
primordial de Aníbal es la de apoyar a Ulma y acompañarla así como también
encargarse de la organización de la campaña. “Mi trabajo como comunicador es
poder extender al mayor número de gente el trabajo que Ulma emprendió. Estoy
cerca y eso me hace también haber vivido desde el comienzo esta historia. Estoy
presente desde la parte organizativa del evento y más que nada para concretar el cierre de
campaña. Es muy importante ya que es un espectáculo musical; un evento social
en donde se intenta reunir a toda la gente en la plaza principal de la ciudad
de Nueva Helvecia para que vean la cantidad de tapitas que se reúnen año a año
(…) Asimismo, se festeja el “¡sí, se puede!” porque se puede ser solidario, se
puede colaborar y no desde la perspectiva del dinero sino desde la intención de
juntar el residuo. Así, se logra colaborar y generar una gran obra para ayudar
a los chicos que son quienes se benefician con esta historia. Es importante que
ellos puedan tener una mejor calidad de vida junto a sus familias”. Con un espíritu caritativo, Aníbal se sumó a
esta iniciativa para poder llegar a los medios de comunicación, a las empresas
y a las autoridades correspondientes. De esta manera, más y más gente se sigue
sumando a la campaña “Una tapita, una esperanza”.
CÉLICA PUJADAS. Integrante y pilar fundamental en el equipo, Célica Pujadas
es la encargada de generar y guardar una red de contactos de gran importancia a
la hora de recibir donaciones y aportes externos que se suman a la causa.
“Muchos contactos salen a través del celular oficial con el que contamos y con
el que proponemos comunicarnos. Cada lugar que visitamos nos espera con una
gran jornada y así formamos grandes experiencias. Es realmente una noble causa
y en cada departamento que vamos nos reciben de la mejor manera porque están
apostando al mismo objetivo que en definitiva,
nos compromete a todos. Considero que hay que tenerle un gran respeto a
esta institución porque lo que se hace por nuestros niños uruguayos es
increíble. Debemos concientizarnos que
lo que hace teletón hoy día tiene un gran mérito. Desde el punto de vista de la
comunicación, la campaña “una tapita, una esperanza” ha crecido enormemente ya
q ue empezamos abarcando unos
pocos departamentos y ahora englobamos a todo el país. Para ser más clara,
recibimos tapitas de todos los rincones del país”.
Así como menciona la
introducción a esta nota, creo valedero mencionar y destacar la labor que
durante todo el año desempeña este grupo humano situado en la ciudad de Nueva
Helvecia y abierto a todo el país. Agradezco la disposición de los
protagonistas de esta historia para realizar la entrevista; en especial a Ulma
que con sus 78 años pisa cada vez más fuerte en el terreno de la teletón.
Espero con ansias el progreso de esta campaña y anhelo que todos los uruguayos
sigan colaborando por una causa que nos compete a todos y nos ayuda a desarrollar
el espíritu caritativo. Asimismo, considero que falta mucho más para dar y
muchos más uruguayos para sumarse y conocer este gran emprendimiento. Que lo
impactante no sobrepase a lo que verdaderamente importa. El aporte de todos los
supermercados, panaderías, almacenes, estaciones de servicio, entidades
públicas y personas es importante y necesario para la colección de tapitas que
luego de ser clasificadas, se venden a recicladores. Así, los fondos recaudados
son destinados íntegramente a la fundación.
Aprovecho esta nota y felicito
a Ulma Rodriguez por su próximo viaje a Chile. Días atrás, la cara visible de
la campaña “Una tapita, una esperanza” fue invitada a Chile para conocer la
fundación Teletón de dicho lugar. El presentador de televisión chileno Mario
Kreutzberger, artísticamente conocido como “Don Francisco” fue quien realizó la
invitación a través del programa “CALA” de CNN.
Representantes de Teletón (Nueva Helvecia)
Helen Bernatzky
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