“Es una experiencia que sirve para
destaparse y probar cosas que uno no tiene la posibilidad de probar acá en
Uruguay”
En el día de hoy, publicamos en COLONIA
¡WAKE UP! una interesante entrevista a Federico Jara (18) quien fuere a los
Estados Unidos en agosto del 2011 de intercambio a través de la empresa YFU
(Youth for Understanding). En la nota, nos cuenta su experiencia tras su estadía
en el país, anécdotas y vivencias realmente particulares.
Federico Jara |
COLONIA ¡WAKE UP!: ¿Cómo surgió la idea de viajar a los Estados Unidos? ¿Fue una iniciativa
tuya o tuviste algún incentivo externo?
Federico Jara: La idea surgió de la nada, fue un día
hablando con mi padre que también hizo un intercambio cuando era chico a
Alemania, y ta, siempre me gustaron sus historias y me pareció una linda idea
el tener algún día la posibilidad de poder darle ese mismo tipo de anécdotas a
mis hijos. Y después también está obviamente el tema del inglés, que es algo
que me gusta desde que tengo 2 años y bueno, era una buena oportunidad para
seguir inflando mi potencial.
Siempre me gustó, por películas, la idea
de poder ir a una escuela en Estados Unidos, lo cual creo hoy en día marca una
diferencia en como pensaba yo de la escuela/liceo antes de ir, y ahora que
estoy de vuelta.
La idea fue iniciativa mía, creo yo,
teniendo como incentivo ese motivo de que me gustaban las historias que mi
padre me contaba, pero siempre siendo idea mía. Agarré a mi familia tan distraída
y desprevenida, que se preguntaron entre muchos parientes si alguien me había
presionado para pensar acerca de esa posibilidad cuando la pura realidad era
que llegue un día de un boliche, y a las 6 de la mañana empecé a hacer una búsqueda
de como podía llegar a surgir eso.
CWU: ¿Por cuál empresa viajaste? ¿Cómo fue
el proceso hasta que finalmente tuviste el pasaje en la mano?
FJ: Viajé por una empresa que se llama YFU
(Youth for Understanding). El proceso fue un tanto largo para mi gusto
porque me "postulé" para el intercambio en el 2010 como en
setiembre, y recién el 17 de agosto de 2011 tuve mi pasaje en mano. Al
principio para poder acceder a la posibilidad de ir a Estados Unidos me
hicieron una prueba de la cual no recuerdo el puntaje exacto pero había sido
uno de los más altos sino el más alto de los que se presentaron a dar esa misma
prueba, y de ahí en adelante fue todo papeleo. Tuve que pedir información en el
liceo en el que estaba sobre mis notas, dado a que pedían notas de años
anteriores, asegurándose que no hubiese repetido ningún año. Después me tuve
que hacer estudios médicos, entre ellos me tuve que dar vacunas y también tuve
que hacer la reacción cutánea de la tuberculosis. Finalmente, luego de todo el
papeleo, enviaron un formulario con toda mi información a Estados Unidos para
que una familia al azar me eligiera. Gracias a Dios, esa espera fue corta, creo
que fue de un mes dado que a principios de febrero (partía hacia Estados Unidos
en agosto) ya tenia una familia que me estaba abriendo sus brazos. Después de
haber conocido a mi familia de allá, me invadieron unas ganas tremendas de
largar todo lo que hacia acá en Uruguay para poder estar allá de una vez.
Fue una espera, diría yo, casi insoportable sin exagerar. Tan pronto como
los días fueron pasando, mi relación con mi nueva familia había empezado a
formarse a través de Facebook y Skype. Mientras el día de irse se acercaba, mi
cumpleaños también, y lo único que me preocupaba era no poder pasarlo con mi
familia y amigos dado a que era mi 18vo cumpleaños con el cual había soñado
desde que tengo memoria por el hecho de ser mayor y poder manejar y demás
cosas. Finalmente pude festejar mi cumpleaños en Uruguay y mis compañeros y
amigos me mostraron un apoyo tremendo. Después de esos días finales en Uruguay,
me empezó a invadir una especie de temor, de con que me iba a encontrar, no por
la familia que ya la conocía, sino por la cultura. En breve, lo definiría como un proceso un
tanto irregular en cuanto a las emociones. Pasando por un montón de estados anímicos
y cambiando mi pensamiento muy a menudo.
CWU: ¿En qué Estado americano te ubicabas? ¿Por
quién fuiste recibido allí?
FJ: Estaba en Minnesota. Fui recibido por mi
nueva madre y un voluntario de mi organización. Mostraron una emoción que no
esperaba, me recibieron muy bien, y si alguien tiene quejas para con alguien
son ellos para conmigo. Porque más allá de que no me dejaban hacer ciertas
cosas, ellos eran responsables por mí y querían mi bien.
CWU: ¿Por qué elegiste Estados Unidos como destino?
FJ: Elegí Estados Unidos por el hecho de que
es un país en el que cualquiera que se lo proponga puede triunfar con el plus
de que inglés que es un idioma universal que desde mi punto de vista es
fundamental para la vida adulta y que hace correr con ventaja a quien lo sepa. También
había sido siempre una especie de fantasía y curiosidad el saber como se vive allá,
como es la calidad de vida.
CWU: EE.UU. y Uruguay son claramente dos
países con diferentes culturas. ¿Cómo viviste personalmente esa transición
de una cultura a otra?
FJ: La transición fue muy difícil para mí.
Fue una etapa en la cual no podía elegir si blanco o negro, si la gente de allá
decía blanco, era blanco y punto. También en el liceo las cosas eran muy distintas.
No peores, sino distintas debido a la presión que existe para que los
adolescentes triunfen para sostener una determinada calidad de vida. Los
profesores por ejemplo, a mi me sorprendieron. Primero y principal siempre
estaban dispuestos a ayudar a quien lo necesite en el horario que fuese sin
reproche ninguno. Segundo, siempre mantenían una muy buena relación (por la
mayor parte) con los alumnos, queriendo ayudarlos moralmente, no solo con el
estudio para cualquier cosa que necesitaran. Y personalmente, a mi me tocaron
profesores que amé, cosa que es difícil de admitir para mi porque yo trato de
no establecer relación con el profesor nunca. Pero fue más fuerte que yo ese
sentimiento, curiosidad y hospitalidad que demostraban los profesores. Por
ejemplo hoy en día, todavía me comunico con mi profesora de ingles vía e-mail y
Facebook.
CWU: ¿Cuánto
tiempo duró tu estadía?
FJ: Mi estadía duró alrededor de diez
meses, desde agosto del 2011 hasta junio del 2012
CWU: ¿En qué Instituto de Educación
Secundaria estudiaste durante ese tiempo?
FJ: Estudié en Stillwater Area High
School, que es una escuela que quedaba a 20 minutos aproximadamente de "mi
casa" y que albergaba alrededor de 2000 estudiantes. Contaba con mas de 30
salones, tenia auditorios, varios gimnasios, sala de ejercicios de distintos
tipos, mas de 8 canchas de practicas para distintos deportes, y un estadio que
yo creo podría albergar arriba de las 2000 personas.
CWU: ¿Cómo era la relación con tus
compañeros y con tu familia "postiza"? ¿Qué actividades
realizaban comúnmente?
FJ: Mi relación con mis compañeros variaba según
la personalidad y la mentalidad de ellos. Yo por supuesto al ser de otro país,
intentaba ser lo mas abierto posible, pero solamente 35-40 personas diría yo,
mostraron un severo interés de como me manejaba yo en mi país, de donde venia,
que acostumbraba hacer; mientras el resto de los compañeros eran simplemente
eso, compañeros con los cuales si bien había un lazo más fuerte o más débil, había
una relación. Con mi familia, yo diría que ambos cedimos de cosas que queríamos
ver el uno del otro, pero al fin y al cabo ambos terminamos aceptándonos como éramos,
sinceramente tuve un buen tiempo con ellos. Con el señor de la casa solíamos
ver alguna película cómica o de terror, mientras con la mujer de la casa mirábamos
alguna serie en la TV
o también hablábamos sobre política o cuan diferentes eran las cosas entre
Uruguay y Estados Unidos. Con mi hermana postiza, éramos muy diferentes, yo
siendo un fanático perdido del deporte sea cual sea, y ella siendo una fanática
del canto y de los instrumentos.
CWU: Académica, cultural y personalmente;
¿Qué significó este viaje para ti?
FJ: Académicamente, aprendí a valorar el
tiempo en clase, y a trabajar más en la escuela cuando llego a casa, costumbre
que antes no era muy típica en mí que digamos. También aprendí que significa
sacrificio y frustración, porque al principio, si bien sabía inglés, había
muchas cosas del liceo, tales como libros de texto, que me frustraban y por las
cuales no podía hacer nada al respecto. Como por ejemplo la situación de tener
3 escritos en un día me superaba, pero allá es completamente normal. Culturalmente,
aprendí lo que significa trabajar duro y ver los resultados. En la familia que
yo estaba, el hombre de la casa era cirujano que había pasado muchos traspiés económicamente
en su infancia, adolescencia e incluso algunos años de su adultez, y vi hasta
donde llego. Llegando a tener todo lo que quería tener, trabajando duro, pero
viendo los resultados. También aprendí que la gente norteamericana se fija
mucho en los sentimientos de las personas, y, a diferencia de acá no te van a
ir a decir "Che mira que te queda feo el gorro ese" sino que siempre mirarían
el lado positivo de las cosas. Personalmente, crecí un montón. Aprendí a
hacer muchas cosas por mi mismo, mi ambición creció un montón e incluso madure mucho.
El estar lejos de mi familia y no tener a nadie con quien hablar mi idioma me
hizo comprender que la vida te tira trompadas y que hay que estar preparado
para poder reaccionar cuanto antes posible, porque los que se rinden rápido, no
tienen recompensa ninguna. También tuve el placer de adquirir ciertos hábitos
de esa cultura, como valorar lo que se gana con trabajo duro, levantarse
temprano cuando se lo requiere y a tratar de ser lo mas productivo posible.
CWU: Al viajar te ausentaste en el Liceo de
Nueva Helvecia, lugar en donde normalmente realizas tus estudios. ¿Cómo siguen
de ahora en adelante los mismos?
FJ: Bueno, yo iba al liceo de Ombúes de
Lavalle porque antes de irme, quería pasar tiempo con mi padre que no lo veía
muy seguido. Mis estudios fueron hasta dos semanas antes de la fecha de partida
a Estados Unidos, y mis notas inasistencias y demás, se congelaron totalmente
haciendo como una especie de pausa. Y al retornar a Uruguay, partí del mismo
lugar donde había dejado, con las mismas notas, faltas y demás. Aunque tengo
que admitir que fue medio flojo el primer semestre del año que hice por el
motivo de que estaba ansioso por el viaje, y ya estaba prestándole mas atención
a mi vida allá que a la vida que estaba viviendo acá. Ahora retomo los estudios
con total normalidad.
CWU: Como cierre; ¿Qué mensaje le darías a
la juventud neo helvética en relación a este tipo de experiencias de
intercambio?
FJ: Yo alentaría a intentarlo, porque si
bien es una experiencia en la cual uno se ríe, llora, extraña, es algo que te
marca la vida. A mí por ejemplo algunos amigos me preguntan si valió la pena
haberme ido. Y mi respuesta siempre es si, pero no puedo nunca dar una explicación,
porque si no se vive en carne propia es algo inexplicable. Uno no sabe lo
importante que es abrirse a este tipo de experiencia por el hecho de que en
Nueva Helvecia mas allá de estar cómodo y tener casi todo lo que uno necesita,
se vive en una burbuja. Yo allá fui a lugares que nunca soné en visitar, y que
sin embargo, siempre me quedó algo de cada lugar, cada día y cada momento
vivido. Y también les diría que no les asuste, porque el susto, temor o miedo
es algo que genera la mente de uno. Es una experiencia que sirve para
destaparse y probar cosas que uno no tiene la posibilidad de probar en Uruguay,
no solo en Nueva Helvecia. Y sinceramente, no me arrepiento de nada, porque si
bien estuve un año y medio de clases sin parar y tuve (con este) tres inviernos
seguidos, viví cosas tremendas. Sentí cosas tremendas. Mostré el orgullo que
siento por haber nacido en Uruguay, lo que significa el ser uruguayo. Hasta tuve
el placer de mostrarles la pasión que sentía por la selección de futbol
uruguaya, y dejar a mas de uno diciendo: “¿y a este que le pasa?”. Cada experiencia varía acorde a la
personalidad de cada uno, pero si uno no se anima, se puede quedar por el resto
de su vida con el que hubiera sido si... Yo gracias a Dios, hoy puedo decir
tranquilo que no solo no me voy a quedar con la duda, sino que aparte puedo
decir que fui a Estados Unidos, aprendí muchas cosas, hice amigos, conocí lugares
y mucha gente. Me habré perdido de cosas en Uruguay, de momentos con
amigos/familia, pero la cantidad de cosas que gané, son mucho más grandes e
importantes en comparación con lo que perdí. Repito, yo alentaría a hacerlo,
porque errores uno comete todo el tiempo, pero este tipo de oportunidades, uno
no las tiene todo el tiempo.
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